Los Ángeles vive momentos de fuerte agitación social tras días de manifestaciones masivas motivadas por las recientes redadas migratorias llevadas a cabo en varios puntos de la ciudad. Las acciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), junto con la presencia de tropas federales, han encendido el descontento ciudadano, provocando una ola de protestas que mantiene activa desde el pasado fin de semana.
En respuesta al creciente malestar, miles de personas han salido a las calles para exigir el respeto a los derechos de los migrantes y rechazar lo que consideran una «ocupación militar» del territorio angelino. Las manifestaciones, que iniciaron de forma pacífica, se tornaron más intensas tras la llegada de efectivos de la Guardia Nacional y del Cuerpo de Marines, enviados por orden directa de la Casa Blanca.
La movilización ciudadana se ha concentrado en zonas cercanas a centros de detención y edificios federales. Grupos de manifestantes bloquearon accesos viales clave y realizaron actos simbólicos de desobediencia civil. Durante los enfrentamientos registrados en el centro de la ciudad, las autoridades utilizaron gases lacrimógenos y proyectiles no letales para dispersar a la multitud.
Organizaciones civiles locales han denunciado un uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades, mientras líderes comunitarios llaman al diálogo y a la desmilitarización de la ciudad.
El gobernador de California, Gavin Newsom, expresó su rechazo al despliegue militar sin autorización estatal y adelantó que su administración presentará recursos legales ante instancias federales. «California no será utilizada como terreno de prueba para medidas represivas», declaró en conferencia de prensa.
Mientras continúan las detenciones y se multiplican las protestas, expertos advierten que la situación podría escalar si no se establece una vía de negociación clara entre los gobiernos estatal y federal. Colectivos de derechos humanos han convocado a una nueva jornada de manifestaciones para el fin de semana, solicitando el retiro inmediato de las fuerzas federales y el cese de los operativos migratorios.
Los Ángeles, considerada durante años un bastión de acogida para comunidades migrantes, enfrenta ahora un profundo conflicto entre las políticas federales de inmigración y el carácter inclusivo que históricamente ha defendido.
Fuente: Infobae